domingo, 28 de enero de 2018

“Compendio de Leyes Cooperativas” (2 de 2)

SANTO DOMINGO,R.D.- La falta de respeto a los principios institucionales, dentro del Derecho Cooperativo, es lo que le otorga vigencia y valor para su aplicación, a este “Compendio de Leyes Cooperativas, ya que   su aplicación y la imposición de sanciones ante su violación, es indispensable, porque de nada ha de servir para el convivir en justicia, el convivir en una sociedad donde las malas prácticas, no encuentran un riguroso régimen de consecuencias. Esa ausencia del no castigo a las transgresiones de la ley, dentro del convivir social, es lo que genera la corrupción en todos sus niveles, no solo en el mundo del cooperativismo nacional, sino en todos los renglones de nuestro país en la actualidad.
La Ley 127-64 y su Reglamento de Aplicación está ahí, ella, aunque debe ser actualizada, puede servir de muralla o dique de contención a las maniobras malsanas y al mal uso del dinero de los socios y socias de nuestras cooperativas. El estudio y la puesta en práctica de las Leyes Cooperativas le dan soporte y estabilidad a nuestras empresas cooperativas, de ahí que la educación ha de mantenerse de manera constante en todos los niveles del cooperativismo. La educación es la blinda el corpus societal  y la estructura  de funcionamiento ético, administrativo, humano y financiero de nuestras Cooperativas.
En una cooperativa donde la educación no es parte de su engranaje gerencial, puede ocurrir lo inesperado y dar al traste con su integridad administrativa, hasta caer en la quiebra económica, sin encontrar dolientes que vigilen y reclamen sus deberes y sus derechos. Es por eso que no es raro encontrarnos con algún gerente fariseo del cooperativismo que, por sus imprudencias gerenciales y humanas, enclaustren a nuestras cooperativas en conflictos judiciales, a veces innecesarios, y que ponen en peligro sus cuentas, sus bienes muebles e inmuebles, y hasta la llevan al borde de crisis internas que pueden terminar en un EMBARGO RETENTIVO, lo cual daña la imagen pública y crediticia de la cooperativa, por las indelicadezas gerenciales y personales de socios y socias carentes de Educación Cooperativa.
Muy bien lo planteado su autor, cuando en la Advertencia, nos dice que “este esfuerzo intelectual no es un trabajo de erudición para leerse como una obra
literaria de cualquier género, la persona que se considere una erudita en cuestiones teóricas o prácticas del cooperativismo, no tiene nada que buscar en él”, y recalca, entonces, en lo siguiente: “el texto solamente está dirigido a personas como los obreros Rochdale y a personas que quieren ilustrarse sobre los principios doctrinarios y legales del cooperativismo (…)”. Y es que este es un texto para aprender y aplicar lo aprendido . De ahí su conformación didáctica y objetiva. Aquí no hay interpretación, su discurso es directo, preciso y claro: Son Leyes en búsqueda del convivir en comunidad, en igualdad de condiciones, sin privilegios y apegados a la solidaridad y al respeto común entre sus integrantes.
Es que el conocimiento y aplicación de las leyes cooperativas, debe ser obligatorio y supervisado por los órganos que la Ley 127-64 y el propio IDECOOP determine. Hoy en día, la Educación Cooperativa se ventila en una cooperativa, a veces, y cuando le conviene a algún “equipo” de dirigentes cooperativistas, para abrir las puertas de la movilidad económica y así tener la oportunidad de manejar fondos y sacar beneficios personales. Eso es muy n. lamentable, en un ambiente cooperativo sesgado por la
corrupción y las trapisondas.
El hecho de que este “Compendio de Leyes Cooperativas” esté indexado es un valioso aportes para los que pretendemos especializarnos en Derecho Cooperativo, porque nos facilita la localización de notas, cláusulas, artículos y referencias que, luego, podemos usar al escribir, citar e investigar. Pocos o ningún otro texto indexado hay en el Derecho Cooperativo dominicano. Hagamos uso de sus fuentes y empecemos a blindar el espectro administrativo, jurídico y financiero de nuestro cooperativismo.
“Compendio de Leyes Cooperativas” es una obra de obligada consulta en el mundo cooperativo. Es una fuente de instrucción y de consulta al servicio de quienes desean actuar con conocimiento, transparencia y honestidad en el quehacer cooperativista de nuestro país, contra la ignorancia y el engaño asumido por los fariseos del cooperativismo actual, llámense cómo se llamen, “Pata’eCabra” o “Macabón”.
El Estado dominicano debe asumir su rol ante los reclamos de más supervisión y control en las cooperativas. No podemos seguir en este caos, no!! No es posible seguir soportando el desvío ético que, por falta de vigilancia y control, va aniquilando la imagen de pulcritud que debe primar en el espectro de la economía solidaria de nuestro pueblo. Es posible que, desde el cooperativismo, se este comulgando con el bajo mundo, desde el lavado de divisas, el desfalco y el robo directo en las gerencias administrativas de nuestras cooperativas. Esta obra aparece como un aporte para poner en alerta al gobierno dominicano, al IDECOOP y a las cooperativas, para que la sombra de la “quiebra” no siga empujando hacia el abismo a nuestro sector cooperativo.
Es la Educación Cooperativa y el conocimiento y aplicación de las leyes cooperativas, el antídoto a esta pandemia de inmoralidad que hoy acorrala a nuestras cooperativas y, lo grave de todo esto es, que el organismo que debe asumir los casos de supervisión y de control, cuando le ponemos las evidencias en las
manos, trata de taparlos con el silencio y ya eso no puede ser posible. Eso es inaceptable en una sociedad donde impera un régimen de derechos y de garantías constitucionales.
Volviendo a la “Advertencia” que el autor presenta en esta obra, no puedo dejar de resaltar lo siguiente: “La moralidad, la honestidad y la solidaridad son el Norte del cooperativismo, no el lucro, la avaricia y la corrupción”. Prosigue diciendo el autor: “Sin la educación cooperativa, ese movimiento, es un barco a la deriva a naufragar; si educamos a los asociados y asociadas, el barco no naufragará”. Se trata de un texto que, además, es una alerta de prevención y defensa de nuestro cooperativismo. Finalmente, en el texto hay consignado un glosario de términos propios del cooperativismo y del saber jurídico, como una forma de orientar con eficacia a los lectores y lectoras de esta obra. Es el momento preciso, es la hora indicada, llegó el momento de demostrar, con hechos, que defendemos nuestro cooperativismo y que no seguiremos  permitiendo que “Los Topos del cooperativismo”, se impongan. Ese es el elocuente y gran mensaje profundo que se desprende de este “Compendio de Leyes Cooperativas”, Indexado y Comentado, por un verdadero y honesto cooperativista. Asumamos nuestro compromiso ético, moral, jurídico y humano, ante la necesaria defensa de nuestro cooperativismo. Ese debe ser el compromiso, por la sanidad y el desarrollo de la economía dominicana.


https://acento.com.do/2018/opinion/8526428-compendio-leyes-cooperativas-2-2/

viernes, 12 de enero de 2018

“Compendio de Leyes Cooperativas” (1 de 2)

SANTO DOMINGO,R.D.-En el saber jurídico dominicano, muy poco se ha escrito sobre el Derecho Cooperativo, por lo que son escasos los textos referentes a  la legislación del amplio universo que encierra el proceder jurídico cooperativo nacional. Salvo los significativos aportes del jurista, Dr. Nelson Eddy Carrasco, entre otros pocos, no se conoce una amplia bibliografía dominicana referente al Derecho Cooperativo. En esta ocasión, un antropólogo cultural y consagrado cooperativista, nos presenta “Un Compendio de Leyes Cooperativas”, Indexado y Comentado” (2017), nos referimos al Dr. Luciano Juan de Dios Castillo Domínguez(1938).
No se trata de una obra de amplias argumentaciones teoréticas, no. Al contrario, se trata de un texto redactado desde un discurso directo, claro y preciso. Es un libro dirigido a quienes quieren aprender sobre la dinámica legal del cooperativismo nacional. Fue hecho pensando en un lector de este tiempo de la postmodenidad,  donde la rapidez y el pluri-oficio, se constituyen en factores determinantes del convivir de hoy.
Es una obra hecha para toda persona que busca “la autoayuda, la solidaridad económica y social y la fraternidad comunitaria o ciudadana”, bajo el entendido de que, como bien sostiene el autor:  “La moralidad, la honestidad y la solidaridad son el Norte del cooperativismo, no el lucro, la avaricia y la corrupción” ( p. 1). Ya yo lo había referido en otra obra sobre cooperativismo publicada por el mismo autor: Para este autor la educación es el fundamento esencial para el sostenimiento y el desarrollo del cooperativismo.
Es un texto para ser consultado de manera constante, ya que está hecho de una forma muy didáctica, explicativa, con el objetivo de que el lector pueda encontrar de manera rápida y segura lo que desea consultar. De ahí que en la ADVERTENCIA (p.1), su autor resalta que “en este texto hay dos enumeraciones: una latina correspondiente al texto original y la otra, en números romanos que corresponden al texto indexado y comentado; no hay contradicción entre alguna entre esas dos numeraciones”. Además, en la obra hay un GLOSARIO para la definición de palabras claves y que son de uso técnico o especializado y para la búsqueda de personajes históricos que han sido citados en este libro.
Como maestro al fin, el autor procura que el lector encuentre con facilidad sus inquietudes legales sobre el cooperativismo dominicano, siempre con el criterio de que se entienda y/o se domine el funcionamiento jurídico-institucional del sistema y de las organizaciones cooperativistas nacionales.
En las cooperativas que quieren seguir desvirtuar la dinámica transparente del cooperativismo, sus dirigente y sus funcionarios, no promueven el desarrollo de la educación y menos del ordenamiento jurídico mediante el cual se rige el cooperativismo dominicano. Contra ese procede es que aparece esta obra. Para que los socios y socias de las cooperativas reclamen o exijan la necesidad de conocer y dominar cuáles son sus compromisos y cuáles son son derechos(?). Mientras menos se conozca la Educación Cooperativa en una empresa de economía solidaria, es más fácil extorsionar y transgredir los Estatutos, principios y leyes propias del cooperativismo. Es por eso el valor de esta obra, ahora en que se reclama y se procura regular de manera eficaz el funcionamiento del sector cooperativo dominicano y que se trabaja en la integración de un organismo regulador a nivel nacional, con la creación de la Superintendencia de Cooperativas, con la Asesoría directa de la Fiscalía, desde la Unidad Financiera Contra el Lavado de Activos y Contra el Terrorismo, con la asesoría del Banco Central de la República Dominicana y la Superintendencia de Bancos de la República Dominicana.
En este compendio se recogen indexadas y comentadas la Ley No.127-64; el Reglamento de Aplicación de la Ley No. 127; la Ley No. 131; la Ley No. 28; el Decreto No. 1498 y la Ley No. 4227. Es decir que el lector tiene aquí un amplio espectro jurídico sobre el cooperativismo nacional, por lo que este texto, aunque no procede de un abogado, da constancia de que su autor es un acucioso y exigente investigador cooperativista que procura que esta forma de vida, propia de la economía solidaria, perviva apegada a la ética y a la moral de sus integrantes, para que falsos cooperativistas o fariseos del cooperativismo no continúen adueñándose de nuestras cooperativas, convirtiéndolas en sus “empresas familiares”, ahogándolas de fraude, de hurto o robo  y nepotismo.
En lo referente a la Ley 127-64, entiendo que ya está obsoleta y que debe ser modificada, asumiendo la necesidad de más control en las cooperativas, sobre todo, en lo referente a la parte financiera y sus diferentes movimientos financieros, ya que por ahí se facilita, por varias vías, el lavado de dinero y otras acciones ilegales que deben ser detenidas, a partir de la aplicación de leyes dentro del cooperativismo nacional.
Hoy en día, el IDECOOP debe reorientar su función, como organismo supervisor del cooperativismo en nuestro país. En esa reorientación debe asumir su responsabilidad de control y vigilancia de la dinámica interna del cooperativismo dominicano. Americanos de un organismo supervisor que ejecute y sancione las malas prácticas dentro de nuestro cooperativismo.
“Compendio de Leyes Cooperativas” IDECOOP, Indexado y Comentado, se constituye en una alternativa de conocimiento del sano cooperativismo, poniendo a la disposición de los lectores un proceder apegado a las buenas normas del convivir en cooperacion y en armonía, respetando los procedimientos de las empresas cooperativas, para poner en alerta a los socios y socias y evitar que tránsfugas y mercaderes del cooperativismo, sigan destruyendo nuestra economía solidaria, para beneficio para su beneficio personal. Esta es una obra que se convierte en una defensa abierta al movimiento cooperativista que piensa y funciona pensando en las sanas prácticas del cooperativismo, como una alternativa válida para el desarrollo sustentable y sostenible de nuestra nación.
https://acento.com.do/2018/opinion/8524081-compendio-leyes-cooperativas-1-2/

viernes, 5 de enero de 2018

Las cooperativas eléctricas: una alternativa democrática al consumo de energía-20/07/2016

Cooperativas eléctricas: alternativa democrática al consumo de energía

Protestamos poco y mal, sólo cuando estamos con los amigos, con la familia, en el bar. Mostramos nuestra profunda indignación, cargados de razón. Y hasta aquí dura nuestro enfado, nuestra protesta. Sin embargo, a la hora de la verdad, somos ciudadanos que no dedicamos ni un poquito de nuestro tiempo a tejer estructuras sociales que sirvan para defender nuestros derechos y transmitir a nuestros representantes políticos nuestra visión de la sociedad.
En general, no queremos saber nada o casi nada de cómo resolver problemas sociales y de convivencia que nos atañen a todos, ni siquiera aquellos que nos son más cercanos, que tienen que ver con nuestros vecinos, con nuestro bloque de pisos, con nuestro barrio, con nuestra ciudad, con nuestro trabajo, a no ser que afecte directamente a nuestro salario. Esperamos que alguien resuelva todos los problemas, sin pensar siquiera que sólo mediante la participación activa de la ciudadanía, el diálogo, la confrontación de ideas y la discusión entre personas de opiniones distintas y diversas, puede ir configurándose un entorno social y político donde se pueda avanzar, pensando sobre todo en el bienestar colectivo antes que en el beneficio personal.
Ejemplos tenemos muchos, pero me voy a centrar esta vez en la factura eléctrica: una factura que todos recibimos, que casi nadie entiende y que casi todos pagamos. Una tarifa eléctrica cuya estructura es un auténtico disparate -basta mirar el resultado final-. Por un lado, permite obtener grandes beneficios a las empresas eléctricas, mientras que, por otro lado, produce sufrimiento entre la población más desprotegida.  Nos estamos acostumbrando a llamar a esta injusticia “pobreza energética”, banalizando un problema grave que afecta a una parte cada vez mayor de nuestra población. Así, sin considerar que la energía debe ser considerada un derecho al que todos tengamos acceso, al que no paga la luz, se le corta, sea verano o invierno, sean familias con niños o con todos los miembros en paro.
El contrato de suministro eléctrico incluye una serie de conceptos que tienes que pagar y que son ajenos al consumo de energía. De esta forma, incluso sin consumir ni un solo kWh tienes que pagar una cantidad que no es pequeña a la compañía eléctrica. Y lo mismo ocurre con el gas. Por lo tanto, el acceso a la energía, como derecho y como bien social necesario para tener una vida digna, sólo es realidad si tienes dinero para pagarlo.
Además, los españoles pagamos más cara la electricidad y el gas que la mayoría de los países europeos. En concreto, la tarifa doméstica es la cuarta más cara de Europa, siendo la que más subidas ha registrado en los últimos años.
Tampoco nos permiten, de manera fácil, sencilla y rentable, instalar paneles fotovoltaicos para autoabastecernos de parte de la energía que necesitamos, con una legislación que es la peor de todos los países desarrollados y que impide que los ciudadanos podamos tener el control de nuestro consumo energético y disminuir así el coste de nuestra factura eléctrica.
Deberíamos ser capaces de encontrar una solución razonable para todos estos problemas. Una buena forma de empezar sería organizarse como sociedad civil para reivindicar y, sobre todo, trabajar para que cambie el estado actual de la situación.
Albert Einstein decía Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.
Por tanto, si no nos gusta cómo nos tratan las empresas eléctricas tradicionales, si pensamos que no defienden nuestros intereses y que sólo buscan su beneficio,empecemos por contratar el suministro eléctrico con empresas ajenas al oligopolio eléctrico. Puede parecer un pequeño gesto, pero tiene su importancia, ya que cuestiona el modelo actual.
Con esta idea han surgido las cooperativas eléctricas, que ya están extendidas por otros países de Europa y que cada vez tienen más aceptación en España. Estas cooperativas nacen como una forma de recuperar autonomía en el ámbito energético frente a las empresas eléctricas tradicionales. Son cooperativas de usuarios de electricidad, sin ánimo de lucro, que comercializan energía de fuentes renovables para sus socios. Tienen entre sus objetivos promover la generación de su propia energía comercializada, con criterios de sostenibilidad, transparencia y democracia interna en su toma de decisiones. El motivo para participar en estas cooperativas no es tanto obtener mejores precios en la comercialización de la energía, como ayudar a establecer un sistema de organización ciudadana distinto al actual. En este nuevo modelo se propone la generación descentralizada de electricidad utilizando fuentes de energías renovables sean la base de su actuación, impulsando el autoconsumo y el consumo compartido, con unos precios que reflejen el coste real de la producción de energía y con criterios de solidaridad y equidad social.
En la actualidad, estas cooperativas crecen con dificultad debido, entre otras razones, a la compleja estructura del mercado eléctrico en el que tienen que competir y, naturalmente, a que no son vistas con buenos ojos por las empresas eléctricas, que intentan entorpecer su desarrollo. En este sentido, la reciente creación de la Unión Nacional de Cooperativas Eléctricas es una buena noticia, ya que va a permitir optimizar esfuerzos, compartir experiencias y defender mejor sus legítimos intereses. Las últimas cifras hablan de que estas cooperativas gestionan alrededor de 40.000 contratos, frente a los algo más de 28 millones que gestionan las empresas de UNESA. Aunque todavía son pequeñas, realizan una labor social importante, por lo que es necesario que crezcan en número de socios y que este modelo se reproduzca a nivel local en todo el territorio nacional.
Trabajemos para transformar nuestro modelo energético. Si no defendemos nuestros intereses con responsabilidad social, nadie lo va a hacer por nosotros.

http://blog.zencer.org/las-cooperativas-electricas-una-alternativa-democratica-al-consumo-energia